La lengua como herramienta para sobrevivir: la lucha de los jiw

Escrito por Mateo Medina Abad

Este pueblo, amenazado desde el 2009 por exterminio, ha hecho del jiwjame su camino para pervivir en un territorio donde las amenazas no cesan. Hoy, gracias a una lucha de años, mantienen su identidad y su cultura a través de su lengua

En la foto una familia de la comunidad Jiw, sentados al caer la tarde a orillas del río Guaviare

Mateo Medina Abad – Amazon Conservation Team
Los jiw hoy utilizan la lengua como una forma de pervivir en el territorio. En la foto una familia al caer la tarde en el río Guaviare.

Los jiw sobrevivimos gracias a nuestra lengua, es lo único que mantiene viva nuestra cultura…”, dice Enrique Flor sentado en su maloca, en el Resguardo Barrancón, mientras el viento mueve las ramas de los árboles de mango y marañón que sembró al llegar. Enrique es desplazado por la violencia, como varios de los jiw que viven en el sector.

Barrancón es un resguardo pequeño en San José del Guaviare. Rodeado por el río Guaviare, y por la selva que queda, allí viven cientos de familias que sobreviven gracias a la pesca y lo que da la tierra como la yuca o el plátano, que siembran en sus chagras; y las pocas frutas y animales que aún se encuentran en el territorio. Los jiw están amenazados desde hace décadas.

En 2009 la Corte Constitucional, en su Auto 004, denunció el riesgo de su exterminio físico y cultural, y con ello obligó al Estado colombiano a crear mecanismos de defensa que cuidaran y defendieran a este pueblo, en conjunto con otros 32 en riesgo de exterminio. Hoy, a pesar de que las amenazas han disminuido, los riesgos persisten en el territorio, y con ellos, parte de la cultura jiw ha desaparecido.

En la foto un hombre de la comunidad indigena lee una de las cartillas de Derechos en el Territorio adaptada a jiwjame.

Mateo Medina Abad – Amazon Conservation Team
Las cartillas, que Cornelio tradujo por cerca de un año, buscan, además de traducir las sentencias, adaptarlas a un lenguaje menos técnico.

“Con el desplazamiento viene el miedo a perder las costumbres, la lengua y la cultura. Ya no hacemos muchas cosas que solíamos hacer. Ya no nos movemos por el territorio… estamos casi encerrados”, dice Felipe Castro, otro líder de la comunidad, mientras empiezan a llegar las personas a la maloca. Están ansiosas, convocaron a una natamenax (reunión) a los líderes sobre la Corte Constitucional. Enrique, mientras esperan, recuerda cuando las viejas generaciones de jiw, como él y Felipe, eran nómadas, práctica que mantuvieron durante siglos. 

Cada época del año tenía una función. Cuando había verano, bajaban al río con su potrillo (canoa) a buscar huevos de tortuga terecas y otros, mientras tanto, se adentraban en el monte por semanas cazando animales; y, cuando los árboles florecían, las mujeres salían en búsqueda de pepas y frutas para comer.

Estas tradiciones, como muchas otras, se han desvanecido poco a poco con el desplazamiento, y con la llegada de los colonos al territorio. Hoy parte de la tierra se ha secado, y donde antes había árboles con frutos, solo queda el recuerdo y cientos de cabezas de ganado. Pero a pesar de que el territorio esté maltrecho, para los Jiw, la tierra lo es todo, es lo que los ata como comunidad.

El territorio es lo que te hace sentir en tu hogar. Porque del territorio vivimos. El problema es que no podemos movernos por ese territorio, que no podemos cuidarlo. Uno se siente amarrado, encerrado, porque además no puede volverdice Ernesto mientras recuerda su resguardo, en Caño Ceiba (Guaviare)—. Claro, acá en Barrancón lo tengo casi todo, pero es que a mí me sacaron de mi casa, quedaron buenas maderas, ollas, tejidos. Uno siente ese desapego. Añora lo que fue

Ernesto

Pero, aunque anhelen volver a esos territorios, saben que su futuro está en Barracón, y que deben cuidarlo. Hoy, parte de ese trabajo lo hacen a través de su lengua. “Debemos preservar esa identidad que nos define”, dice Ernesto mientras a su alrededor la maloca termina de llenarse. Se ven niños, niñas y hasta adultos mayores. No se escucha una palabra de español, solo el ocasional Gobierno, tutela, o Corte— palabras que no existen en lengua—. El taller está por comenzar. 

Derechos en el Territorio: una lucha por la supervivencia de los jiw

En la foto un grupo de hombres y niños de la comunidad indigena estan reunidos en una maloka leyendo las cartillas de Derechos en el Territorio adaptadas a jiwjame.

Mateo Medina Abad – Amazon Conservation Team
Las personas se reunieron en torno a la Maloka para participar del taller. Durante la natamenax la comunidad solo discutió en jiwjame.

Cornelio Flor, el hijo de Ernesto, está nervioso. Sus piernas se mueven de arriba abajo levantando polvo de la tierra en el piso de la maloca.  Le presentará a los líderes el trabajo que durante un año ha estado realizado: la cartilla, traducida al jiwame, con las principales sentencias para los pueblos indígenas emitidas por la Corte Constitucional. 

Entonces empieza el taller. Sentados en un círculo y con mirada atenta, los líderes jiw escuchan a Cornelio con detenimiento. En la maloca solo se escucha su voz, las risas de unos niños jugando y el canto de los pájaros a la distancia. 

Entonces, la conversación, pronto se torna en un debate. “A nivel nacional nos reconocen, la Corte emite su sentencia y esperamos que las cosas cambien, pero aquí, las instituciones deben ser más efectivas. Eso es lo que he dicho en estas reuniones. El Auto 004 de 2009 está diseñado para protegernos, pero aún quedan muchas cosas por hacer”, dice Felipe Castro, uno de los líderes en la reunión.

A su voz se suman otras de la comunidad, para muchos de los líderes las decisiones de la Corte eran desconocidas, varios no conocían algunos de los derechos consignados en las cartillas, ni las herramientas que da en la Constitución de 1991 para cuidar su territorio, cultura e identidad.

Ha sido muy útil, porque siempre nos falta mucho para cuidar la tierra, nos falta mucho para poder defendernos. Muchos de nosotros no teníamos las herramientas para cuidar nuestro territorio y a nuestras familias. Este taller nos acerca a esas leyes que no todos conocíamos, nos forma como líderes para defender nuestro territorio

Charli Valencia, uno de los líderes presentes en la socialización.

Foto retrato de Charli Valencia, líder indígena Jiw presente en la socialización

Mateo Medina Abad – Amazon Conservation TeamCharli nació en Barrancón. Allí, al igual que su madre, se ha convertido en un líder. Hoy, reconoce la importancia de aprender más sobre los derechos de los pueblos indígenas para fortalecer su vocación.

Charli ha vivido toda su vida en Barrancón. Le ha tocado ver con impotencia como el resguardo, antes lleno de animales y de vida, se ha ido secando. “Muchas de estas tierras eran nuestras, pero las personas por la necesidad, y también por una falta de educación y de conocimiento, las cambian por ollas, por cobijas, por colchones, por café…cuenta Charli, resignado—. Esta cartilla es el primer paso para que eso no pase, para que no se aprovechen de nosotros, por eso necesitamos trabajar entre todos para defender nuestro resguardo”.

El jiwjame como una herramienta de resistencia

Como Charli, el sueño de cada líder jiw, sin importar su experiencia o su edad, es cuidar su pueblo. “Este ejercicio nos hace más conscientes de la importancia de nuestro territorio y nuestras costumbres. Nos permite preservar este conocimiento. No solo guardarlo a través de nuestra tradición oral, sino preservarlo en el tiempo para que los Jiw puedan volver, leerlo, entenderlo, cuidarlo. Para que lo que está escrito en Jiwjame perdure en el tiempo y mis hijos puedan usarlo”, agrega Cornelio.

En la foto se ve a dos niños de pie afuera de la Maloka en medio de un paisaje rural

Mateo Medina Abad – Amazon Conservation Team
El sueño de Cornelio es que, como la biblia que tradujo a jiwjame, la cartilla de Derechos en el Territorio pueda ser una forma de preservar su lengua y fortalecer a su comunidad. En la foto se ve unos niños que juegan fuera de la Maloka.

La lengua los ayudar a luchar contra todo, contra el abandono del Estado, contra la añoranza y contra el dolor de huir de sus casas. “Hay cientos de derechos que cuando llegan las instituciones nos vulneran, no sabemos cómo defendernos porque no estamos organizados, porque no los conocemos”, dice Edwin Gómez, mientras lee la sentencia T-009 de 2013, la cual ha señalado con lápiz. Esta aboga por el derecho de los pueblos indígenas a la autonomía, la autodeterminación y el autogobierno y, sobre todo, aboga por el derecho al territorio. 

Foto retrato de Edwin Gomez, indígena Jiw presente en la socialización de las cartillas de derechos en el territorio

Mateo Medina Abad – Amazon Conservation Team
Edwin estuvo atento durante toda la natamenax. Sabe que lo más valioso y lo que más añora es su territorio. Hace parte de las cientos de familias que llegaron a Barrancón huyendo de la violencia y que sueña con construir del resguardo un nuevo hogar.

“Nosotros que nos robaron ese derecho. Somos desplazados, nos tocó huir por la violencia, por miedo agrega Edwin, mientras sus manos sostienen con firmeza la cartilla—. En mi resguardo, Mocuare (Mapiripan, Meta), vivíamos del monte, podíamos salir a buscar matas, pescado. Acá toca ver cómo hacemos para alimentarnos y a nuestras familias. Por eso conocer estos derechos, y grabarlos en nuestra mente, es tan importante. Para poder trabajar por Barrancón. Porque claro que extraño mi casa, y quiero regresar, pero tengo que pensar en mis hijos y trabajar para que se cumplan sus derechos”. 

Escrito por Mateo Medina Abad

Comunicador social de la Pontificia Universidad Javeriana con énfasis en realización audiovisual y periodismo. Tiene experiencia en medios de comunicación, como Semana Rural y actualmente se desempeña como profesional de comunicaciones y creador de contenidos en Amazon Conservation Team.

En el Territorio

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